"Todo va bien".
"Experiencias nuevas, nueva carrera, soy feliz".
Sonríes.
Cierro los ojos para no pensar y en ese instante
ya te has follado a alguien encima de la mesa
a lo mejor no deberíamos estar aquí, oliéndonos
aparentando arrancar pedazos incrustados
jugando a transformar alas caídas en anécdotas
y haciéndote sangrar por debajo de la falda
Coges el salero, reventando composturas
y no paro de temblar pero no, no te vayas
ni dejes de quitarme el cigarro, dar una calada y mirarme
como diciendo "estoy rompiendo lo que esperabas",
para salir y destrozar todos los ceniceros de esta ciudad.
¿O es que ya no te atreves a besar,
y que tiemble el suelo,
con la certeza, tatuada en el pecho, de que no pasará nada?
No me lo creo.
Por cierto, faltan botones para tu camisa y sobran
tacones para llegar alto, para encontrarme, sobran
canciones, sobran regresiones con mi mano en tu cintura
y sobra la suficiencia de confesarme que perderás el control.