jueves, 10 de marzo de 2011.
Me llamas loco por esa extraña manía de cortar el hilo de los pensamientos, de revolverme y no dejar que la pasión se estabilice, que se pose en tus pestañas. Que no me entiendes, dices. Que cuando me conociste estaba envuelto en cadenas, en recuerdos. Pero la física no entiende de miradas y la metafísica está flotando en el techo de esta habitación, esperando a que nos vistamos de nuevo. Y, sonriendo, ocultemos a la gente que en realidad somos de alguna especie extraterrestre cuya forma de comunicarse es leyéndose la mente mutuamente y jugando a interpretar el ángulo del aire al ser cortado por el vaivén de las caderas, cuya extraña tradición es volar cada fin de semana, cuyo mundo está mucho mucho más allá de la estrella polar, de corazones, de atardeceres, de rosas.

Otra vez el sábado se vistió con ese vestido blanco, tan etéreo como traslúcido. Apagamos todas las luces, acallamos todas las voces, mis fantasmas aterrizaron. Cómo seguir el ritmo si a veces temo fundirme contigo y desaparecer entre los acordes de una canción sin aliento. Comienzo a crear estímulos retroalimentados por la curva de tus labios. Pareces tener las caricias calculadas, claro, si las palabras vacías nos miran con asco desde la ventana. Sabes que cualquier vaivén podría romper el espacio-tiempo de nuestra conexión y me besas con soltura, tocas las teclas precisas para hacer una melodía y no un conjunto de sonidos acompasados. La perfección no es inexplicable, es sólo que nos falta visión de conjunto. Te toco con suavidad y a veces con desesperación, miedoso de romperte, de que te escapes de entre mis dedos. Te abrazo y no alcanzo a proteger cada centímetro de ti, y a ver quién tiene cojones de cortar tus alas, a cerrarte los ojos, a domar tu pelo. Intento imitar sin éxito la coreografía y mis pasos son torpes, será por falta de práctica, será por falta de talento.

Y, lentamente, asciendes. Y lo que no comprendía, ahora lo entiendo. Y lo que parecía difícil, ahora es simple cuestión de aprovechar la oportunidades. Y el tiempo se para y el amor no existe, pero oye, yo no te puedo dejar de mirar. Y cómo quieres que no lo haga, si tengo miedo de que te vayas cuando te de la espalda...

2 Comentários:

Aby Caleidosferica dijo...

Oh dios mio oh diso mio me encanta cada palabra!
Parece que estas bailando con ellas org **-**
Tantos adjetivos! tantos sinónimos !

"Y lo que no comprendía, ahora lo entiendo. Y lo que parecía difícil, ahora es simple cuestión de aprovechar la oportunidades"

Nico García dijo...

Javio, te he agregado a mi blog, si quieres haz tu lo mismo ;)

Un saludo portero!

Publicar un comentario