martes, 31 de marzo de 2009.

El otro día, y después de tanto tiempo sin hacerlo, me miraste a los ojos. Pero no fue una mirada normal, rutinaria... me entró un escalofrío cuando tus ojos se clavaron en los míos. Por un momento me quedé helado, sin poder reaccionar. Hasta que, sin quererlo, entraste en mi cabeza, y me hiciste sacar del baúl de los recuerdos momentos inolvidables...
Fue la mirada del "¿qué fue de nosotros, nena?" de las sonrisas por la mañana, del café y de sentir algo más que una nueva amistad en mi vida. De las visitas a tu clase, de las horas muertas pasadas en alternativa junto a ti. De la lluvia bajo el paraguas.
La distancia hace el olvido, dicen... y así fue. No me quise dar cuenta de que la magia se había ido, y era demasiado tarde...
Enseguida apartaste tu cara y te fuiste. Desde entonces, ansío tener la oportunidad de compartir contigo algo más que una simple (en apariencia) mirada...

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