La magia del comienzo

viernes, 9 de julio de 2010.
-Magia: Dícese de todo aquello que escapa al análisis racional de la información sensorial. Intentaré hacer de mi prosa gastada algo totalmente desconocido-


Las palabras te golpean,
una
detrás
de otra.
El cielo te observa, tus paredes oyen.
Suavemente
va creciendo en tu interior esa sensación.
No la conoces, pero la sientes.
Ansías conocer, alargas la mano...
Sin embargo,
el origen está lejos de ser palpado.
¡Sh! ¡Calla!
El silencio te parece el mejor aliado.

Sientes la líbido correr por tus venas. Tu boca se humedece y tus ojos, ligeramente desafiantes, se dirigen a la suya. El corazón empieza a desbocarse y la sangre impulsada no llega a todos los rincones de tu cuerpo por igual. Tiemblan tus rodillas y tu mente comienza a procesar imágenes de sus labios rozándote y explorándote, mientras que sus manos te desarman con cada caricia curiosa. Sabes qué está pasando, sabes lo que va a pasar, eres consciente de lo esencial de aquellos instantes. Pero sigues desconociendo el por qué de ese fuego, antes suave calor, que comienza en tu estómago hasta abrasar tu garganta.


Notas lo efímero
el precario valor de lo conocido hasta ahora
conoces este instante
ya no sirve nada más.
El pasado se perdió entre la brisa
y los vientos del porvenir no han soplado.
Aún.
Guardas la respiración, alargas el momento
y sientes el peligroso placer de lo irracional.

Ya que el tiempo ha dejado de existir, no te importa posponer eternidades el contacto. Te acercas lentamente, buscando aquello que tu estómago pide a gritos, con furia incontenible. Notas cómo ese ardor toma el control de tus actos. Tu boca, por fin, se une con la suya y un fuego cruzado os descarga mutuamente.
Sintiendo de nuevo el alivio envuelto en cenizas.


Tu cuerpo al fin es dueño de tus acciones,
y sigues sintiendo
ese ardiente pinchazo,
esas ganas de gritar,
de nuevo esa sensación placentera...
y no sabes por qué, pero no necesitas saberlo.




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