jueves, 14 de enero de 2010.




Un instante. Un sólo beso, uno sólo. Dos ojos, tres guiños, cuatro pestañeos. Cinco años, seis horas diarias. Siete exámenes de historia, ocho bostezos, nueve kilómetros de ruta sin final. Diez uñas pintadas de negro.


Once risas, doce llantos. Trece abrazos. Catorce San Valentines sin celebrar, quince rosas, dieciséis patatas del Burguer King. Diecisiete monólogos, dieciocho acampadas, diecinueve conversaciones filosóficas. Veinte palabras al oído.


En veintiún ocasiones has recogido mi lágrima vertida. Te he dicho veintidós veces lo mucho que me gustan tus caderas y lo poco que me agradan tus manos rugosas y frías. En veintitrés horas de clase te has aferrado a mi brazo, perfecto para esos cometidos, según dices. Más de veinticuatro horas seguidas viéndote la cara, veinticinco navidades echándote de menos, veintiséis bromas con las que me he quedado contigo. Veintisiete miradas serias que precedían a una carcajada súbita. Veintiocho recuerdos imborrables de nuestra memoria. Veintinueve...


Veintinueve...


¡Veintinueve!



E infinitas sonrisas a tu lado, petarda.

1 Comentário:

Charlota dijo...

ES genial cielo!
Yo no habria sido capaz de contar todos los momentos a tu lado, muchas gracias!^^

Un sólo beso!

Publicar un comentario