miércoles, 27 de enero de 2010.

[...¿Es que acaso he de implorar al sol para que ilumine tu silencio?...]


Mátame. No hacen falta grandes aspavientos, no te ensañes mucho a la hora de cumplir tu venganza. Sólo deseo que cierres el telón... la función ya ha terminado.

Ya no volveré a esconderme entre las tinieblas de un cariño mal dosificado. No me verás contar tus lunares uno por uno, no me encontrarás sumido en la oscuridad de la sombra que proyecta tu radiante luz.

Sumérgeme en un sueño profundo y feliz, donde no tenga que responder por mis caricias.

No supe escuchar, no cumplí las expectativas de tu alma herida y sanadora, magnífica y arrastrada. Nunca fui lo suficientemente valiente para caminar bajo la lluvia y ahora las nubes no pueden ocultar mi derrota.

Moriré, y otros verán en mí el camino a la perdición vadeando la excelencia en un continuo sendero de resbalones y esperanzas infundadas. Verán en mis ojos el testimonio de una mente contaminada por injerencias continuas de sentimientos que ni tú ni yo pudimos controlar, manejando nuestras vidas hasta límites insospechados.
Verán en mis cuencas vacías el color de la sangre, la carne, la pasión y el deseo.
La furia.
La ira.
Mientras espero a tu fatídica decisión, me sentaré en una silla a ver el tiempo pasar entre brisa y brisa.

1 Comentário:

Siku Chan dijo...

La verdad es que prefiero la espera a recibir la fatídica decisión. Después ni dormir te salva de la sentencia...
Por ello me ha llegado bastante dentro ^^ Me gustaría haber tenido el tiempo suficiente antes de recibir mi "fatídica decisión" para expresar la desesperación que sentía por no querer saber lo que aguardaba más allá... Habría sido bonito jaj :)

Y como siempre, encantada de seguir leyéndole a pesar de mis típicas desapariciones ^^

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